Crea tus propias tarjetas de visita

Las tarjetas de visita pueden parecernos desfasadas en la era de Internet, pero en el mundo de los negocios conseguir y mantener buenos contactos es primordial.  Si tienes una actividad creativa o ofreces servicios con más razón: no puedes perder un potencial cliente o un importante encargo.



Las tarjetas de visita tienen dos objetivos de comunicación claros:
- Presentarte: decir quién eres y, lo más importante, a qué te dedicas, qué ofreces.
- Determinar cómo contactar contigo: dirección, teléfonos, e-mail, página Web o cuentas de redes sociales, etc.

A estos podemos añadir otros objetivos en los que el diseño sería clave:
- Dar una imagen adecuada a los valores que tu quieres transmitir. Por ejemplo eficiencia, exclusividad, creatividad...
- Ser memorable, es decir que recordemos fácilmente qué nos ofreces
- Ser distintiva, que se diferencie suficientemente del resto de la competencia

¿Diseños caseros o  plantillas?

Suelo visitar muchas ferias de artesanía y arte, y debo confesar que colecciono todas las tarjetas que puedo. Y lo que me encuentro con frecuencia son diseños “caseros” y tarjetas prediseñadas.

Un diseño amateur se delata fácilmente, en general se emplean tipografías anodinas o peor aún ilegible, gráficos “clip-art”,y  fotos de mala calidad. Los elementos se distribuyen abarrotando el espacio y  sin un punto de atención claro. Y para acabarlo de rematar se presentan impresos en casa sobre papel de color y recortado con tijeras. No dan una imagen muy profesional, la información es confusa y su aspecto anodino no la hace memorable.

La otra opción que me encuentro es quién prefiere partir de plantillas. Son diseños predefinidos en los que solo debes agregar tus datos. La gran mayoría de imprentas los ofrecen. El resultado son unas tarjetas que a primera vista son profesionales, nos pueden parecer bonitas, pero que no dicen nada de lo que ofrecemos. Son totalmente ineficientes en los que se refiere a  transmitir una  imagen adecuada, memorable y diferenciadora.

Si confías en una imprenta muy conocida, como Vistaprint, piensa que veras repetido el diseño de tu tarjeta en más de una ocasión. Si te dedicas a hacer arreglos de prendas o eres fisioterapeuta tiene un pase, pero si tu actividad es creativa es lo peor que puedes hacer. Un ilustrador, un fotógrafo, un joyero, y en general cualquier artesano creativo debe mostrar su obra. No nos sirve que pongas bajo tu nombre “ilustradora” si la tarjeta no nos recuerda qué tipo de ilustración y estilo dominas.

Muestra tus servicios

Puedes pensar que para dar una imagen diferenciadora necesitas un logo pero esto no es estrictamente necesario. Una buena fotografía de uno de tus productos estrella puede ser lo más eficiente, acompáñala de los datos de rigor y cumplirás con los objetivos propuestos.

Los  ilustradores optan por un diseño muy sencillo y efectivo: tarjetas a doble cara, una para los datos y otra para mostrar una fotografía de sus creaciones. Y ésta posibilidad la dan la mayoría de imprentas, sólo es cuestión de consultarlo.

Últimamente se han puesto de moda en este sector las minicards del servicio Online Moo. Son tarjetas de reducidas dimensiones, aproximadamente la mitad de una convencional. La principal ventaja es que puedes imprimir diferentes versiones, aprovechando la cara de la imagen para mostrar varias de tus creaciones.

Optar por un diseño propio

Sin duda ésta es la opción más recomendable, sobretodo de cara a cumplir el objetivo de diferenciación, y evidentemente si lo realiza un profesional mejor que mejor. Pero...no siempre es posible: puede superar el presupuesto que nos hemos marcado, o simplemente hemos agotado las tarjetas y las necesitamos urgentemente para una feria o evento.

En estos casos podemos crear nuestras propias tarjetas en casa. Puedes utilizar casi cualquier software que trabaje con imágenes y texto.  Word o Power point pueden servir, aunque no son programas especializados en diseño. Un profesional se encontrará con verdaderas limitaciones, pero para un diseño sencillo serán suficiente.

Otra opción es utilizar programas libres y gratuitos como Gimp, Inkscape y Scribus. Conociéndolos bien se puede llegar a casi los mismos resultados que los programas profesionales.  En el blog El perro de papel publiqué un tutorial de diseño paso a paso usando Inkscape. En él remarco además la importancia de unos criterios de diseño claros.

10 consejos de diseño 

Puedes seguir el modelo de diseño que empleo en el tutorial anterior o bien partir de tu propias ideas. Pero recuerda evitar que te quede como las tarjetas de diseño casero que te mencionaba arriba, no darás una imagen profesional y seria.

Así que evita una serie de pequeños errores en los que todos al principio solemos caer:

- Usar cliparts propios del programa (los de Microsoft son especialmente feos y desfasados). Puedes utilizar las plantillas por defecto para aprovechar el formato pero borra todos los gráficos e imágenes que contengan.

- Escribir abreviaturas para anunciar los teléfonos, e-mail, direcciones Web. Ensucian el aspecto. En pocas ocasiones necesitarás especificarlo. Un teléfono se distingue perfectamente de una página Web, ¿Por qué añadir un elemento más?

- Utilizar tipografías muy vistas, o de mala calidad. No uses Times New Roman, Arial, Comic Sans, Papyrus o Brush Script, tampoco te aconsejo que te pongas a buscar a lo loco la fuente más “original” de Dafont. Si las tipografías de tu ordenador no te convencen puedes descargar fuentes gratuitas de Internet pero controla su calidad. En Google fonts y Font Squirrel encontrarás una mejor selección.

- Usar tipografías ilegibles. Para los datos de contacto usa las tipografías de toda la vida es decir, no uses las que imitan letras manuscritas o muy decorativas. Tampoco escribas todo el texto en mayúscula, especialmente si es una letra manuscrita o gótica.

- Utilizar un tamaño de tipografía grande. Créeme 12pt es un tamaño enorme para una tarjeta de visita, a no ser que tus clientes tengan problemas de visión.  Para la mayoría de fuentes tamaños entre 8-10pt son perfectamente legibles. 

- Usar muchas fuentes tipográficas diferentes. Usa una única familia tipográfica o como máximo dos. Varias voces generan con mucha facilidad una cacofonía.

- Alinear todo el texto al centro. Es la tendencia innata, en busca de equilibrio y elegancia, pero puede entorpecer la lectura y darle un aspecto soso.

- Distribuir los elementos del diseño “rellenando” toda la tarjeta.  Con esto me refiero a que juegues con el espacio en blanco o vacío. No es necesario que distribuyas la información por todas las esquinas de la tarjeta. Concéntrala en dos o máximo tres bloques de información y evita que ocupen todo el espacio.

- Utilizar muchos colores porque sí. El color es una poderosa herramienta de comunicación y debes escogerlos siguiendo una estrategia de marca. No emplees más de tres si no quieres complicarte la vida. Mejor que no sean colores predeterminados, por ejemplo el rojo, el verde y el azul saturado que todos los programas incorporan. Suelen delatar el carácter amateur en un diseño.

- Colocar texto ilegible por estar sobre una imagen. Cuida el contraste: texto claro sobre fondo oscuro o a la inversa. En algunas situaciones deberás utilizar algunas estrategias de diseño, como colocar un recuadro de color plano que separe el texto de la imagen.



Y a partir de aquí: imaginación al poder. Una vez acabado el diseño imprime una versión de prueba y revisa. Comprueba que los datos sean correctos y que se cumplen los objetivos que mencionaba al principio del post. Haz las correcciones oportunas y ya estará lista para imprimir.

Puedes imprimir en casa o mejor aún enviar el diseño a una imprenta o copistería. En este caso asegúrate qué tipo de archivo y calidades demandan antes incluso de ponerte a diseñar.

¿Tienes ya tus tarjetas de visita? Explícanos tu experiencia en los comentarios, seguro que nos serán de gran ayuda. E igualmente si tienes dudas sobre cómo diseñarlas o sobre que servicio de imprenta escoger.