Cortometraje para un San Valentín gótico

14.2.16


edición de vídeo


No me considero una persona romántica en el sentido común de la palabra. En cambio conservo cierto gusto adolescente por el movimiento romántico, y la novela gótica. Por eso quiero celebrar ete San Valentín compartiendo mi primer (y posiblemente último) corto cinematográfico.



Y digo que posiblemente el último porque como el resto de mis vídeos nacieron como ejercicios de la asignatura Medios Audiovisuales de Gráfica interactiva. El audiovisual es un medio que me atrae, y  confieso que de joven grababa los anuncios de la tele que me gustaban y veía programas dedicados a ello. Pero... no me considero dotada especialmente para el mundo audiovisual. Mi mundo es la imagen y cuando entra tantas cosas en juego, ritmos, tiempo, diálogo y música, me apabullo. Es por eso que conservo todos estos trabajos con gran cariño. Me gustan los retos, y el crear un corto de tres minutos- guión incluido- era sin duda uno muy grande. Por suerte fue un trabajo en equipo, y cada uno de los componentes puso lo mejor de si. Tomar decisones no siempre es fácil, y si hay más de una voz: mejor que mejor.

El equipo lo formé junto a mis compañeras de curso Alba Fernández y Yolanda Salvador, al que debemos incluir sin duda a Antonio Amador. Su aportación fue clave, además de atreverse con la interpretación (cosa que a nosotras no nos apetecía mucho) nos ayudó en la iluminación y toma de planos. Su saber como fotógrafo de profesión dio con la atmósfera tenebrista que el corto necesitaba.

El guión es una adaptación del cuento El mortal inmortal de Mary Shelley . La historia escrita en primera persona narra las vivencias de un joven alquimista enamorado. Adaptar la historia en un corto de tres minutos fué muy difícil, sobretodo teniendo en cuenta la inexperiencia que teníamos. La opción fué reducir toda la trama a un único plano que rodamos en una tarde. Pero nuestro profesor no quedó satisfecho. Supongo que la atmósfera claustrofóbica surgió efecto, y nos pidió un exterior. Y como eramos alumnas solícitas eso supuso un minuto más de corto.

Otra de las decisiones que tomamos fue inspirarnos en el cine mudo. Siendo estudiantes de gráfica preferíamos crear cartelas con los diálogos de los personajes que lidiar con problemas de grabación sonora o actuación. En este caso el acompañamiento musical debía tomar protagonismo en la historia, y acompañar sincrónicamente la puesta en escena. Mi formación musical es prácticamente nula, y supuso un gran reto dar con esta meta. Por suerte encontré la página Incompetech. En ella su autor, Kevin MacLeod, ha creado una magnífica biblioteca de fragmentos musicales categorizados.  Podemos descargarlos libremente con la debida atribución.

Y ahora si te pica la curiosidad en ver el resultado, dadle al play: son solo cuatro minutos ¡Espero que os guste!

Entradas relacionadas

7 comentarios

  1. Cucuuuu,
    Sólo con la grabación y el montaje es un currazo... Pero ¡¡yo esperaba verte!! ^.^
    Besos preciosa :p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jeje esa era mi intención. Siento fobia a las cámaras...uff no me gusta nada!

      Eliminar
  2. Uff me encanta, por el formato parece que viajé en el tiempo. Felicitaciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí el cine mudo tiene su encanto...con esas sobreactuaciones tan graciosas!!

      Eliminar
  3. ¡Os quedó genial! Me encanta la iluminación, la atmósfera y las sombras que se proyectan en la pared. Se ve muy profesional :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oh! Muchas gracias Rocío, viniendo de ti es un gran cumplido!!!
      Pues de profesional...el fotógrafo, yo no he tenido nunca ni una cámara de vídeo. Aunque para el guión mi experiencia como profe de cómic me ayudo mucho;)

      Eliminar
  4. Ha quedado genial!!! Me ha encantado aunque ya se pasó San Valentín, voy un poco atrasada, jaja!!! Eres una artista, guapa!! Besitos

    ResponderEliminar