Conoce tus tipografías: Humanas (parte 1)

Como os comenté la semana pasada en esta sección vamos aprender a identificar las familias tipográficas siguiendo el sistema de clasificación Vox-Atyp. Comenzamos por el primer grupo: las tipografías llamadas humanas, humanísticas o venecianas. Y lo haremos en dos partes, en esta entrada expondré una introducción histórica y analizaremos las rasgos morfológicos que la caracterizan. El sábado publicaré la segunda parte donde estudiaremos las famílias que seguramente tengais ya instaladas en el sistema, y veremos su uso en el diseño.

En el grupo de las humanas clasificamos a aquellas que se asemejan a las primeras fuentes en letra romana o redonda. Estamos tan acostumbrados a las letras de imprenta que olvidamos que el alfabeto latino se ha escrito en una gran variedad de formas diferentes. Pensad que en la Edad Media las diferencias eran notables entre áreas geográficas o incluso entre órdenes monásticas.

El nacimiento de la imprenta dotaría de cierta homogeneidad al texto escrito,  consolidándose las formas que hoy conocemos. Pero cómo se ha llegado hasta ellas. Recordemos que la imprenta fue inventada a mitad del s.XV por Johannes Gutenburg, natural de Maguncia. Éste diseñó los primeros tipos móviles en letra gótica textura, ya que su intención era  imitar los manuscritos que se elaboraban en aquella  época en Alemania.

La imprenta tuvo una rápida difusión por Europa. En  Italia los impresores se establecen en las ricas ciudades estados, especialmente en Roma y Venecia. En 1465 el monasterio benedictino de Subiaco invitó a dos impresores de Maguncia, Conrad Sweynheym  y Arnold Pannartz, a fundar una imprenta con el principal propósito de publicar clásicos latinos.

Para este encargo los impresores crearon nuevos tipos acordes. Para las letras mayúsculas se inspiraron en las inscripciones lapidarias romanas; para las minúsculas se basaron en la caligrafía de los escribas humanistas italianos, derivada de la minúscula carolingia. Para armonizar los dos alfabetos rediseñaron algunas letras y añadieron a la minúscula ciertos remates y trazos terminales. Al cabo de tres años este nuevo estilo de letras se difundió, tomando el nombre de romanas.

Capital romana. Inscripción de la columna de Trajano.

 

Minúscula carolingia

De todas éstas primeras tipografías romanas la que logró mayor reconocimiento es la conseguida por Nicolas Jenson. El éxito se debió a la legibilidad y elegancia del tipo, con una cuidadosa distribución del espacio blanco entre letras y una perfecta alineación de los caracteres.

Caracteres tipográficos de Nicolas Jenson.

Características morfológicas

El rasgo más característico se encuentra en la e minúscula, cuyo filete es oblicuo.

Los  contornos de los caracteres imitan el trazo duro de la pluma caligráfica. Así observad que el ancho del trazo no se mantiene siempre igual, y que las letras se inclinan hacia atrás. A ésto es lo que se llama modulación oblicua.

El contraste entre trazos finos y anchos no es muy marcado. Los remates o serifas son toscos, pesados. En texto continuo esta tipografía genera una mancha oscura que cansa la vista, repercutiendo en su legibilidad.

La altura de las minúsculas es pequeña si la comparamos con la de las mayúsculas, necesitando un interlineado más amplio.

Tipografías más importantes

A partir de finales de s.XIX las fundiciones tipográficas han creado diferentes versiones de la romana de Jenson. Son conocidas también las diseñadas a principios de s.XX por Frederic Goudy como la Berkeley y la Kennerly. En la próxima entrada analizaremos la Centaur, creación de Bruce Rogers, y que posiblemente tengas ya instalada en tu ordenador.

Hasta entonces como pequeño ejercicio intenta encontrar ejemplares de este grupo en logotipos y diseños, seguro que casa cada día que te conectas a Internet encuentras uno ;)